sábado, 11 de febrero de 2012

“Te enamoras de lo que inventas”

–¿Y cómo sabe uno que está enamorado?
–Lo estás si eres incapaz de encontrar un solo defecto en la persona amada. El amor inhibe al cerebro para percibir nada más.
–Del amor, ¿qué dice la ciencia?
–Qué nació hace 3.000 millones de años, con la primera bacteria.
–¿Cómo fue la cosa?
–La bacteria lanzó un mensajequímico de “¿hay alguien ahí?”, aterrorizada de estar sola.
–¿Se trata de no estar solo?
–Sí.
–¿Qué es el amor?
–Un instinto. El más primigenio de todos, evolutivamente. El instinto de fusión de un organismo con otro para garantizar la supervivencia.
–¿Es lo mismo amor y sexo?
–Durante los primeros 2.000 millones de años, era amor sin sexo. Hace 700 millones de años, aparece el sexo.
–Los animales, ¿aman?
–Claro. Y hay especies monógamas, como el ratón de la pradera o el 70% de los pájaros.
–¿Y los humanos no?
–Somos monógamos un rato. Cuatro, cinco años… Tiempo necesario para criar al bebé humano, indefenso.
–¿Amor equivale a felicidad?
–La neurobiología lo demuestra: nadie es más feliz que una mente enamorada (y correspondida)
–¿Amar y ser amado es felicidad?
–Sí. Un bebé que babea ante su madre, un joven de 18 años enamorado o un anciano de 80 años enamorado, ¡tienen activados los mismos circuitos neurales!
–¿Y qué pasa si no eres correspondido, si te abandonan?
–El sentimiento de desamparo de un adulto en tal caso es idéntico al de un bebé desamparado. Se han estudiado los circuitos neurales en ambos casos, ¡y son idénticos!
–¿Y por qué me enamoro de fulanita y no de menganita?
–De modo inconsciente, sopesas si ese otro individuo te conviene, mides su grado de disponibilidad y evalúas su capacidad de amor. ¡Una tarea muy compleja!
–¿Y la belleza no interviene?
–Sí. Y es un factor menos cultural que biológico: nos atraen los rostros simétricos. Y los que nos resultan más reconocibles, más familiares.
–¿Aman igual hombres y mujeres?
–Si se refiere a la libido, es distinta en hombres y mujeres. Para entregarse al sexo, la mujer necesita sentirse emocionalmente sosegada, a gusto, sin ningún tipo de angustia. En el hombre, en cambio, la excitación sexual resulta más independiente de la esfera emocional.
–¿Qué implicaciones evolutivas tiene eso?
–Quizá el instinto del amor irá extinguiéndose: la mujer necesita menos al hombre cada día.
–¿Cómo se lleva con el amor la inteligencia humana?
–Nuestra inteligencia es hija del amor, hija del roce con el prójimo. ¡El mayor reto para el ser humano ha sido su vecino! La relación social nos ha hecho inteligentes.
–“Te enamoras del otro por lo que no es, y te desenamoras por lo que es”,dijo Gainsbourgh.
–¡Pues la ciencia hoy le corrobora! Los neurólogos están descubriendo que el cerebro decide en función de lo que cree, no de lo que ve. Es decir, que vemos el mundo según creemos que hay que verlo.
–Nuestro cerebro, entonces, ¿está inventando el mundo?
–Puede decirse que sí, que ves el mundo en la medida en que lo imaginas, y no puedes verlo de otro modo. Inventas, sí, inventas a tu amada. De algún modo, te enamoras de una invención de tu cerebro.

Eduard Punset

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