
Querido Trabajo Duro: ¡No sabes cuánto te odiaba! Cuando dijiste mi nombre, lo escuche y corrí lejos de ti. Cuando supe que vendrías, me ocultaba. Cuando influenciaste a otros para que me hablaran, rápidamente inventaba excusas para alejarme de ti. Temí al dolor, porque no sabía si saldría lastimado. Temí a fallar, así que ni siquiera lo intentaba. Y temí tu nombre, por lo que le hiciste a los demás. ...