Todos tenemos el típico amigo vago, soberbio, soez (que dice palabrostias, vamos). Que se pasa el día entero tocándose los huevos a dos manos... literalmente. Esa persona a la que el mundo entero tilda de "hijo de puta mayor del reino", un cabrón que toca las narices cada dos por tres. Hablando en plata: un gilipollas.
Pero, ¿sabéis qué? Sin ese "típico" amigo no podríamos vivir.
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