jueves, 14 de marzo de 2013

Amén

¡HABEMUS PAPAM! Así acabo una eterna hora y media delante de la pantalla de televisión. Hora y media desde que empezó a salir el humo blanco de la chimenea (empezó negro, sí, y también pasó por el gris, pero fue porque limpió los tubos que ya estaban algo sucios)

El día de ayer fue de esos que vas a recordar por mucho tiempo. El día anterior, martes 12, comenzaba el cónclave para la elección del nuevo Papa. Debido a problemas técnicos no puede escuchar el "Extra Omnes", pero me mantuve informado hasta que se cerraron las puertas de la Capilla Sixtina. Y en torno a las 19:45 salió la primera fumata. Negra, como muchos nos esperábamos. Dormíamos un día más con sede vacante.

Miércoles 13. Tuve la extraña sensación de que pasaría algo, y recé para que si saliera elegido uno de los cardenales, que fuese por la tarde. Para poder verlo y seguirlo en directo, y atender a lo que era importante. Si llega a salir en la votación de la mañana podría haberle dicho adiós a mi jornada lectiva a pesar de las consecuencias. Pero por la mañana volvió a salir el humo oscuro (no en tanta cantidad, pero con la misma intensidad que el primero). Bueno, no pasa nada, será que el Espíritu Santo no ha bajado todavía.

Y efectivamente, no había bajado... Hasta las 17:30 si mal no recuerdo. Una gaviota. ¿Qué narices hacia una gaviota en la chimenea? Muchos millones de personas pendientes de una chimenea (yo entre ellos) y una gaviota se posa encima. ¡Y por dos veces! "Esto tiene que ser una señal, esa gaviota no está ahí por estar", fue lo que llegué a pensar, aunque no le dí mayor importancia. Un dato curioso que sucedió.

Aprovechando la coyuntura de la merienda que se preparó en el colegio mayor, dejé de estudiar, bajé a tomar algo y me fui directo a la sala de televisión, ya que internet no quería que viese uno de los acontecimientos más importantes del año. No estaba solo por suerte, varios colegiales me acompañaron, comentando la jugada. Y pasando el tiempo...

"Si no ha salido ya es que no lo han elegido". Este comentario se dice dos minutos después y no tiene sentido. 19.07. Parece que sale humo. ¿Es blanco? ¿Es negro? ¿Es... gris? ¿Blanco? Sí, sí, es blanco. ¡Es blanco! ¡Habemus Papam! Nos desbordó la alegría a todos (a todos todos, que también teníamos allí a algún que otro ateo confeso). Y aquí, damas y caballeros, empezó el show. Menudo show...

"¿Pero cuándo sale?" "¿Ha salido el de Ghana?" "Eh, que Scola ha cerrado el Twitter". "Como haya salido el negro yo pido la excomunión". "Si sale Cañizares yo es que tengo un orgasmo". Y un largo etcétera de comentarios de toda índole (lo que pongo es verídico, pero se dice el pecado y no el pecador). Aquí empezó mi pequeña parte catequética protocolario de como iba el cotarro: que si ahora sale el protodiacono, dice el famoso "Habemus Papam", luego que cardenal ha sido elegido y por último su nombre de pontífice, y después la bendición "Urbi et orbi". Larga hora y media para culturizarnos un poco más. Aunque también, y quizá más importante, para rezar.

Rezar por el nuevo Papa que teníamos, aunque en esos momentos anónimo, pero sucesor de Pedro de facto. Y llegó el tan ansiado momento:


En el momento no me entere de lo que dijo el protodiácono del jaleo que había, pero ya le poníamos cara al nuevo obispo de Roma. ¿Desconocido? Para muchos sí. Fue una sorpresa, un cardenal que no estaba entre los "favoritos". Y un nombre que tampoco estaba entre los "favoritos". Pero era él, el servidor entre los servidores. Mi primera impresión fue que sería algo tímido, pero solo fue la primera. Luego llegó lo bueno. Tan solo 8 minutos de pontificado y ya me ha ganado. Y, bueno, mejor verlo de nuevo:



Ese gesto, el simple gesto de rezar CON nosotros demuestra mucho. Y que nos pida que recemos que es da cuenta de lo pequeños que somos aun cuando nuestro camino es difícil. "El Amor que se hace grande en lo pequeño". Repetía esa frase en mi mente una y otra vez mientras veía a Francisco en el balcón del Vaticano arrodillado a nuestras oraciones. La grandeza en la pequeñez del nuevo Papa: primer Francisco, primer jesuíta, primer americano... El primero en muchos aspectos con el que la Iglesia empieza un nuevo camino.

Sencillez. Humildad. Austeridad. Francisco será un Papa que llevará a su máximo exponente estos valores, así lo veo yo. Y rezo a Dios por el regalo que nos ha dado, un regalo con forma de argentino jesuíta convertido ahora en Sumo Pontífice. QUE DIOS TE BENDIGA, FRANCISCO.

Si ya lo decíamos con nuestro querido Benedicto XVI, no será menos con Francisco:

¡Esta es la juventud del Papa!
¡Esta es la juventud del Papa!
¡Esta es la juventud del Papa!



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